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Por Carlos M. Luis
Especial/El Nuevo Herald
15 de enero 2012

La conocida distinción que Nietszche hiciera entre lo que él denominó lo dionisíaco y lo apolíneo, tuvo su momento de mejor definición cuando los expresionistas optaron por la primera a partir de los comienzos del siglo XX. En realidad ese espíritu se manifestó mucho antes y bajo diversas corrientes artísticas y de pensamiento. Podríamos entonces ver en los claroscuros de Caravaggio o en los personajes de Goya, indicios de una constante del espíritu expresionista.


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